sábado, 7 de julio de 2012

El hombre que cruzó el Atlántico en una caja


El hombre que cruzó el Atlántico en una caja

Ya en 1901, Johann Beck estaba teniendo problemas para encontrar trabajo en Alemania, por lo que decidió buscar fortuna en América. El problema era que el costo del boleto más barato, el de tercera clase, era de 120 marcos, y él no tenía mucho dinero. Sin embargo, calculó que si se presentaba en una caja y se enviaba a sí mismo como mercancía, podía ir por la mitad de ese precio.


Él construyó una caja que podía sellar desde el interior por una serie de ganchos. Dispuso que lo recogieran en su casa, diciéndole a la compañía de transporte que la caja contenía “modelos de artista”. Luego se selló en ella, junto con lo que él pensaba sería suficiente comida para el viaje: una docena de latas de leche condensada, una caja de ciruelas pasas, 36 barras de chocolate, café envasado en botellas, un poco de pan, embutidos, y un poco de whisky.

Por supuesto, las cosas no salieron como las había planeado. Para empezar, él no se había dado cuenta del frío que habría en la bodega del barco. Y luego estaban las ratas:


El barco (el vapor Palatia of the Hamburg-American Line) salió de Hamburgo el 17 de noviembre, y su paso se vio frenado por una tormenta de invierno. Entonces, lo qué se suponía que era un viaje de 14 días tardó dos días más, y Johann se quedó sin comida:


El único detalle de la travesía transatlántica de Beck que no he sido capaz de encontrar fue la forma en que dispuso de sus desechos corporales. Supongo que utilizó una botella, pero el olor debe haber sido bastante malo, lo que se sumaba a la incomodidad de la experiencia. Más detalles sobre el viaje de Beck aquí y aquí.


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