domingo, 6 de mayo de 2012

Nunca se acuestan, ni para morir

Nunca se acuestan, ni para morir

Los miembros de la iglesia Caodai, de Vietnam, tienen prohibido acostarse, y esta regla no se rompe ni aunque se estén muriendo. Tampoco pueden hacerse transfusiones de sangre ni operaciones, ni ninguna otra práctica que implique una intervención en su cuerpo.

Al morir sus miembros son enterrados sentados, como le ocurrió a Minh Cuc, una miembro que murió de cálculos en el riñón. Una operación relativamente simple le hubiera salvado la vida, pero la mujer no quiso acostarse en la mesa de operaciones y permaneció en su silla, sufriendo agudísimos dolores, hasta que murió. Fue enterrada en su silla, sentada.

El grupo fue fundado a mediados de los años 20 del siglo pasado por el divino Caodai, tomando “las mejores ideas” de las otra religiones. Afirman recibir revelaciones de los espíritus de difuntos renombrados como Jesús, Mahoma, Shakespeare o Lenin. Consideran que Víctor Hugo, Juana de Arco, Winston Churchill y otros personajes famosos deberían ser santificados.

Entre las revelaciones están las del fin del mundo, hecha por Víctor Hugo. Según el dramaturgo, el único lugar que estaría salvo sería el enorme templo ubicado en Tay Ninh, a 90 kilómetros de la ciudad Ho Chi Minh (la antigua Saigón).

Durante la guerra de Vietnam, los comunistas norvietnamitas prohibieron la religión. Esto provocó que aproximadamente 25,000 cadoístas combatieran en el lado norteamericano.

Después de la caída de Saigón, los cadoistas fueron perseguidos y sus propiedades embargadas. Sin embargo hoy en día los comunistas han aflojado la opresión y la secta está ganando nuevos adeptos.

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